Testo Disbalans

Os pongo a barrer la migaja del mantel mientras me jalo el pastel
con las dos manos para no daros cuartel,
qué más te da con quién comparta cartel (ah),
si soy la gota de aceite que salta de la sartén,
sé que pensar en escupir estando con el agua al cuello
es vivir construyendo puentes por no tirarse de ellos,
“dejarlos salir es lo de menos”
le digo al agujero de mi calcetín por el que asoma un dedo, frente al camión de los helados hay un niño sin dinero
que mira al cielo pensando en su abuelo,
ahí es cuando el suelo queda fuera de lugar
como un gemido en una prueba del pañuelo y,
dejarse llevar suena demasiado bien (okey),
hasta que vas a incorporarte y no haces pie (no),
yo salí de esa trampa como nuevo
y al ego que se gasta le advertí que
a mí por encima del hombro ni la caspa,
y de qué vale ser la estrella del reparto,
cuando el reflejo del rascacielos cabe en un charco,
así que al grano si me vas a pedir algo,
el fingir que te importa cómo estoy puedes ahorrártelo.
En mi nuevo número lanzo navajas,
por ver la luz dentro del útero de la desgracia y, cuando los problemas que me llevo a la cama no callan
les hundo la cara hasta hacerles tragar la almohada,
“del dolor nace el romance” dijo,
cambiando mi cara en las fotos por interrogantes,
¿aún quieres parte de mi alijo?, mejor da gracias,
que si el rencor tuviese polla el que me guardas ya te habría hecho un hijo,
yo sólo soy un entusiasta,
de los que escalan montones de mierda pensando en las vistas,
a 40 grados y hablando de Rusia,
pero qué sabe el desierto de la lluvia… pues ya está.